Imagina despertar cada día con una sensación abrumadora de tristeza, una nube gris que envuelve tu existencia. 

Las actividades que antes te apasionaban ya no tienen brillo, la esperanza parece desvanecerse y una carga invisible parece aplastarte. 

La depresión mayor no es simplemente sentirte triste o desanimado/a de vez en cuando y no solo afecta tu bienestar emocional, sino también tu salud física y calidad de vida. 

Es fundamental comprender que el trastorno depresivo mayor no es algo que una persona pueda superar sola por sí misma. No es una debilidad personal ni algo que se pueda superar simplemente con fuerza de voluntad.

Se caracteriza por la presencia durante la mayor parte del día, casi todos los días a lo largo de, al menos, dos semanas consecutivas de un estado de ánimo triste y decaído la mayor parte del día junto a la pérdida o disminución de la motivación y la capacidad de sentir placer en casi todas las actividades, además de otros síntomas como pérdida de peso clínicamente significativa o aumento o disminución en el apetito, insomnio o hipersomnia, capacidad disminuida para pensar o concentrarse, o indecisión, agitación o enlentecimiento psicomotor, fatiga o pérdida de energía, desesperanza y pasividad, sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados y/o pensamientos recurrentes de muerte o ideación suicida. 

Se acompaña de malestar clínicamente significativo o deterioro en el área social, laboral u otras áreas importantes. Es una condición médica compleja que puede ser desencadenada por una combinación de factores genéticos, bioquímicos y ambientales. 

Los desequilibrios en los neurotransmisores del cerebro, como la serotonina y la noradrenalina, desempeñan un papel importante en su desarrollo. Además, eventos estresantes de la vida, traumas pasados, situaciones de estrés prolongado, problemas de salud física o trastornos de ansiedad pueden aumentar el riesgo de padecer depresión mayor.

Reconocer los síntomas, buscar ayuda y recibir tratamiento son pasos cruciales para superar la depresión y recuperar la salud mental. Recuerda que no estás solo/a, estamos aquí para brindarte apoyo en este camino hacia la recuperación. 

A veces, el camino hacia la recuperación puede requerir un apoyo adicional en forma de medicación. Los antidepresivos, bajo la supervisión de un médico, pueden ser una parte vital de tu tratamiento, restaurando el equilibrio químico en el cerebro y proporcionando un impulso necesario para superar esta batalla. 

Recuerda, la recuperación de la depresión mayor es un proceso gradual y cada individuo tiene su propio ritmo. No te presiones ni te juzgues a ti mismo/a. 

Si sientes que estás luchando contra la depresión mayor, NO ESPERES MÁS. No dejes que esta oscuridad se adueñe de tu vida. Recuerda, eres más fuerte de lo que crees y mereces una vida plena y feliz. 

CONTÁCTANOS. Juntos/as, podemos trabajar para superar esta enfermedad y encontrar una vida plena y satisfactoria.

Una montaña rusa emocional...

En el trastorno bipolar generalmente se da una alternancia entre episodios maníacos (en que se da durante al menos una semana un estado de ánimo expansivo e irritable, elevado nivel de energía, disminución de la necesidad de sueño, sensaciones de grandiosidad que pueden llegar al delirio, verborrea, pensamiento acelerado o fuga de ideas, distraibilidad, aumento de la actividad dirigida por objetivos, excesiva participación en actividades con alto riesgo de consecuencias graves (p. ej., compras compulsivas, inversiones financieras insensatas) y en algunos casos alucinaciones en un nivel tan elevado que a veces se requiere hospitalización) o hipomaníacos (semejantes al anterior pero de menor intensidad y duración, estando presentes como mínimo durante cuatro días y aunque observable no genera deterioro) y episodios depresivos (equivalentes en sintomatología a los síntomas descritos en la depresión mayor). 

Los trastornos bipolares se caracterizan por episodios de manía y depresión, que pueden alternar aunque en muchos pacientes predomina uno sobre el otro. Se desconoce la causa exacta, pero pueden estar implicados la herencia, cambios en las concentraciones de los neurotransmisores cerebrales (serotonina, noradrenalina, y dopamina) y factores psicológicos. También puede haber implicados factores psicosociales. Algunos eventos vitales estresantes se asocian con el desarrollo inicial de síntomas y las exacerbaciones posteriores, aunque no se ha establecido relaciones causa-efecto.

Ciertos fármacos o drogas pueden desencadenar exacerbaciones en algunos pacientes con trastorno bipolar; estos fármacos incluyen: simpaticomiméticos (p. ej., cocaína, anfetaminas), alcohol y ciertos antidepresivos (p. ej., tricíclicos, inhibidores de la recaptación de noradrenalina)

En realidad existen dos tipos básicos de trastorno bipolar. 

En el trastorno bipolar tipo I, los episodios maníacos son más intensos y pueden incluir síntomas psicóticos, como alucinaciones o delirios. 

En el trastorno bipolar tipo II, los episodios maníacos, conocidos como hipomanía, son menos graves, pero se alternan con episodios depresivos más prolongados. 

En el trastorno ciclotímico, los cambios de estado de ánimo son más leves y menos pronunciados.

Los síntomas del trastorno bipolar pueden variar mucho entre las personas y también dentro de cada individuo. Además de los episodios maníacos y depresivos, algunas personas pueden experimentar períodos de estabilidad en los que su estado de ánimo se encuentra dentro de los rangos normales. Estos períodos de estabilidad son fundamentales para el funcionamiento saludable y el bienestar general.

El trastorno bipolar puede afectar significativamente la vida de quienes lo padecen, así como las relaciones con sus seres queridos. Los cambios bruscos en el estado de ánimo pueden generar dificultades en el trabajo, en la escuela y en la vida cotidiana. Además, las personas con trastorno bipolar también pueden experimentar sentimientos de culpa, vergüenza y frustración debido a los efectos de la enfermedad en su vida y tienen un mayor riesgo de desarrollar otros problemas de salud mental, como trastornos de ansiedad o abuso de sustancias. 

El tratamiento del trastorno bipolar generalmente incluye una combinación de medicación, terapia psicológica y cambios en el estilo de vida. 

Los medicamentos estabilizadores del estado de ánimo y los antipsicóticos atípicos, pueden ayudar a controlar los episodios maníacos y depresivos. 

La terapia psicológica puede ayudar a las personas a comprender y manejar los cambios de estado de ánimo, así como a desarrollar estrategias para afrontar el trastorno bipolar.

Recuerda que cada persona es única y el trastorno bipolar afecta a cada individuo de manera diferente. Con el apoyo adecuado, el tratamiento y el autocuidado, es posible llevar una vida plena y significativa a pesar de los desafíos que presenta este trastorno. Tu camino será diferente al de otros, pero eso no significa que debas enfrentarlo solo.

Si tú o alguien que conoces muestra señales de trastorno bipolar, NO ESPERES MÁS. Un tratamiento adecuado pueden marcar una gran diferencia en la calidad de vida. 

Permítenos acompañarte en este camino de comprensión y superación. CONTÁCTANOS.

Imagina estar en un constante tira y afloja emocional. 

Un día te sientes lleno de energía, optimista y lleno de creatividad. Te involucras en múltiples proyectos, hablas sin parar y tu mente está llena de ideas brillantes. 

Pero al día siguiente, todo cambia. Te sientes agotado, desanimado y te invade una sensación abrumadora de tristeza. La motivación desaparece y te resulta difícil concentrarte en cualquier tarea.

El trastorno ciclotímico se caracteriza por cambios cíclicos en el estado de ánimo, se alternan episodios de euforia relativamente leves y breves (hipomanía) con episodios leves y breves de tristeza (depresión), estos períodos con sintomatología deben ocurrir por más de la mitad de días durante un período igual o mayor a 2 años. A diferencia del trastorno bipolar, las fluctuaciones en el trastorno ciclotímico son menos intensas, pero aún así pueden afectar la capacidad de una persona para funcionar de manera óptima. 

Durante los episodios de hipomanía, te siente extrovertidas, lleno/a de energía y de ideas creativas. Puedes tener una mayor autoestima y confianza en ti mismo/a, lo que puede llevar a un aumento de tu productividad. Sin embargo, también existe el riesgo de que tomes decisiones impulsivas o participes en comportamientos de riesgo debido a la sensación de invulnerabilidad que a menudo acompaña a este estado de ánimo.

Por otro lado, los episodios depresivos leves te pueden sumir sentimientos de tristeza, desesperanza y falta de interés en las actividades que solías disfrutar. Tu energía y motivación pueden disminuir significativamente, dificultando tu concentración y productividad en el trabajo o en la escuela. Estos períodos depresivos pueden ser desgastantes y desafiantes, afectando tus relaciones personales y tu calidad de vida en general.

Las consecuencias a menudo incluyen inestabilidad con antecedentes laborales y escolares irregulares, cambios impulsivos y frecuentes de residencia, rupturas sentimentales o conyugales repetidas y abuso episódico de alcohol y drogas.

El tratamiento consiste principalmente en apoyo e intervención psicológica, aunque algunos pacientes requieren terapia farmacológica. 

Recuerda, el trastorno ciclotímico no define quién eres como persona. Con nuestro apoyo y el compromiso de cuidar de ti mismo, puedes aprender a manejar tus cambios de humor y llevar una vida plena y satisfactoria.

Si crees que puedes estar experimentando ciclotimia, NO ESPERES MÁS Y CONTÁCTANOS.

¿Alguna vez has sentido como si llevaras una nube gris sobre tu cabeza constantemente? 

¿Te has dado cuenta de que la tristeza y la falta de energía te acompañan la mayor parte del tiempo? 

¿Te has sentido como si estuvieras arrastrando un peso emocional constante que afecta tu vida diaria? 

Si es así, es posible que estés lidiando con el trastorno distímico. Esta afección crónica del estado de ánimo a menudo pasa desapercibida, pero puede tener un impacto significativo en tu bienestar y en tu capacidad para disfrutar de la vida al máximo.

El trastorno depresivo persistente o distimia se caracteriza por la presencia durante, al menos dos años durante la mayor parte del día durante casi todos los días (no teniendo periodos sin síntomas de más de dos meses seguidos) de un estado de ánimo deprimido y triste, además de falta o exceso de apetito, insomnio o hipersomnia, baja energía o fatiga, baja autoestima, falta de concentración o dificultad para tomar decisiones y desesperanza.

Aunque en un momento puntual puede parecer menos grave que una depresión mayor al ser sus síntomas de menor intensidad, también hay que tener en cuenta que los problemas permanecen durante mucho más tiempo, produciendo un desgaste por acumulación a tener en consideración.

Los pacientes afectados pueden presentarse habitualmente negativos, pesimistas, sin sentido del humor, pasivos, obnubilados, introvertidos, hipercríticos respecto de sí mismos y de los demás y quejumbrosos. Puede parecer que no hay un motivo aparente para sentirse deprimido, lo que puede generar confusión y frustración.

Los pacientes con trastorno depresivo persistente también tienen más probabilidades de experimentar trastornos de ansiedad subyacentes, trastornos por abuso de sustancias o trastornos de la personalidad límite.

Uno de los aspectos más desafiantes del trastorno distímico es su persistencia. Puede parecer que no hay salida y que la tristeza se ha convertido en parte integral de tu ser. Sin embargo, es importante recordar que la recuperación es posible y que existen opciones de tratamiento efectivas disponibles.

Los/as psicólogos/as  podemos ayudarte a identificar y desafiar los patrones de pensamiento negativos, desarrollar estrategias de afrontamiento saludables y mejorar tu bienestar emocional en general. En algunos casos, los medicamentos antidepresivos pueden ser recetados por tu médico o psiquiatra para ayudar a estabilizar el estado de ánimo y aliviar los síntomas.

No dudes en contactarnos. Juntos/as, podemos encontrar el camino para que vuelvas a disfrutar de una vida plena y significativa.

¿Has experimentado una pérdida significativa en tu vida y sientes que el dolor no disminuye con el tiempo? 

El dolor de perder a alguien cercano puede ser abrumador y desgarrador. Cuando perdemos a alguien o algo importante para nosotros, es natural sentir tristeza y experimentar un período de duelo. 

Sin embargo, en algunos casos, el dolor no se desvanece con el tiempo y puede convertirse en un obstáculo en la vida diaria. 

El trastorno por duelo prolongado, también conocido como duelo complicado, implica una intensidad prolongada de emociones negativas, dificultad para aceptar la pérdida y dificultad para reanudar las actividades normales. A diferencia del duelo común, que generalmente disminuye con el tiempo, el duelo prolongado puede persistir durante meses o incluso años, afectando todas las áreas de tu vida. El duelo prolongado se considera presente cuando la respuesta al duelo dura un año o más, es persistente y generalizada. 

Si sufres este trastorno puedes sentir una profunda y constante tristeza, incredulidad, dolor emocional intenso, sensación de confusión de identidad, evitar los recordatorios de la pérdida, sensaciones de entumecimiento, soledad intensa, sentimientos de falta de sentido, una sensación de vacío y anhelo y tener dificultades para encontrar placer en actividades que solían disfrutar. Además, puedes experimentar una pérdida de interés en el mundo exterior, una disminución en la energía y la motivación, culpa, ira, ansiedad, problemas de sueño y dificultades para relacionarte con los demás.

Nosotros podemos proporcionarte un espacio seguro y comprensivo para explorar y procesar tus emociones, ayudándote a encontrar formas saludables de honrar y recordar a tu ser querido mientras reconstruyes tu vida.

Permítete sentir y procesar tus emociones a tu propio ritmo, pero también sé amable contigo mismo y busca el apoyo necesario. CONTÁCTANOS cuando lo necesites.